pepas con recomendación médica divina

Tuesday, January 30, 2007

Velorio de un loco

Nadie que pasaba por afuera del nosocomio imaginaba lo que adentro sucedía: El primer velorio de un loco, con locos.
El día estaba soleadísimo, pero todos adentro estaban embadurnados de negras chompas, sacos, vestidos que no dejaban ver los pies, y camisas abrochadas hasta el mentón. Algunos sin embargo estaban desnudos y habían pintado sus cuerpos con brea, pero fue una mujer, desnuda y sin brea, y no la dejaron entrar.
Todos sabían que había muerto por atarse una sábana al cuello como capa y que por ajustársela terminó asfixiado, dando saltos por todo el patio por el ahogo, pero todo el resto ya estaban acostumbrados a eso, y cuando lo vieron tirado en el suelo, inmóvil, con la sábana encima, pensaron que por verano, era más fresco dormir en el patio. Todos durmieron afuera esa noche. Pero él no se levantó.
Sólo los médicos se dieron cuenta de su sorprendente calma, y de la muerte que la originaba.
Pero en el velorio se escuchaban diferentes versiones. Un grupo escuchaba atentísimo como un abuelo contaba que el finito había sufrido 3 paros cardiacos, y moribundo había ido a su cuarto a confiarle el secreto de su muerte; por otro lado otro grupo especulaba que él había salido corriendo del nosocomio porque vio como el bus más grande de la ciudad estaba a punto de estrellar a una niña; saltó desde los brazos de los vigilantes de la puerta hasta la mitad de la avenida, y el bus se llevó su vida.
Sin embargo en todas las versiones que se escuchaban, para explicar cómo había llegado al patio dijeron que los supervisores lo habían enterrado sin su velorio respectivo. Así se pusieron todos de acuerdo para organizarlo y asistir.
Adentro se formaron varios grupos. Estaban los envidiosos a un costado del féretro, susurrando la pena por el fallecido, pero deseando ser ellos los siguientes para alejarse de una vez de todos “esos” locos. También estaban los “llorones”, que entraban de rato en rato a la sala a contar no las penas en vida del fallecido, sino sus penas. Entraban por rondas de 15 minutos, lo suficiente para hacer llorar al público y ganar un nuevo socio para el grupo. Y también había un grupo que miraba sólo desde afuera. Entraban y salían rápidamente y de puntillas. A veces sólo para coger un bocadito (como unas tapitas de limón o un pan francés, cortesía del comedor) y luego salían a comentar que el muerto olía a flores, o que estaba con pose de ángel o de recién dormido.
El velorio estaba a punto de acabar, hasta que en una de las últimas horas, la “mamá” del finito develó que Él no era su hijo. Todos se escandalizaron. A los dormidos los despertaron, los envidiosos empezaron a rezar una mezcla de padre nuestro con ángel de la guarda, los desnudos se dieron cuenta de su genitales, los llorones rieron en los baños, y los que miraban desde afuera, miraron desde sus cuartos. Hubo algunos que se tiraron encima del féretro inflable a tratar de taparle los oídos por si la revelación lo despertaba.
Todos empezaron a irse, y la “madre” lloró por “su hijo” que no era suyo, y le pedía perdón, perdón, perdón...
Luego de ese día, todos recordaron el escándalo del finito adoptado, mas no al finito, que fue enterrado como muchos muertos en cementerios lejanos, y aun desde ahí, mantienen vivos los escándalos.

Wednesday, December 20, 2006

Cosas que Sé

De eso que siento.
-Creo…creo que ya lo sé.
Te gustan cosas, cosas que a mí me gustan... y tienes, tienes lo que yo quiero.




Fanatismo
Definitivamente es fanatismo.
Porque sé que no voy a entender razones. Sólo quiero verlo aunque atente al resto. No me importa. Es fanatismo.
Y voy a verlo y disfrutarlo.

Monday, July 31, 2006

Fantasías Ultra-liberadas

Aparecieron 3 colonos venidos a menos. Uno alto y feo, otro gordo, y un último bajo y con muchas cicatrices. Barbudos y algo mal olientes los 3, habían huido de la capital por hacer y dejar de hacer. A caballo y mula, a pie y arrastrándose llegaron al conjunto de haciendas “El Naranjo” llenos de deseos; por comida y por líbido. Una vez comido a escondidas, ultrajaron a todas las mujeres que por ahí vivían en 3 días y 2 noches. Treinta y cinco mujeres en total entre Señoras y esclavas. Ni una sola contó lo sucedido. Ninguna Señora a ninguna Señora, ni alguna esclava a otra esclava. En cambio los respectivos esposos sí que hablaron. Hablaron cómo el deseo de sus mujeres por tener más hijos disminuyó; de cómo lanzaban quejidos de dolor y no de placer en las escaseadas horas de sexo; y de cómo las atenciones y deberes para con ellos se hicieron más silenciosas y sumisas.
De esto hablaban Señores y esclavos. Y los Señores pensaron que sus esclavas podrían actuar diferente, pero ni con ellas encontraron unas horas más apasionantes. Muchos de ellos entonces optaron por ir a la capital a buscar una pasión para las noches, y cuando regresaban tenían sexo con sus mujeres, ya sólo por el asunto de la herencia y legado.
Sin embargo las esclavas recordaban los momentos de caricia con los Señores. Los recodaban todas las noches, aún de viejas, y suspiraban en las horas del quehacer. Los miraban cuando regresaban de sus viajes a la capital pensando que irían a sus humildes camas, viendo con recelo a las Señoras. Pero no sólo por el deseo delirante a sus Señores, sino porque sabían también que sus esposos, los esclavos, no habían soportado su extraña frialdad desde la violación de los extraños ya marchados, y más aún desde la ilusión que habían dejado los Señores en su piel, en su sexo, en su mente, y, en algunas, en su vientre. Los esclavos habían empezado a consumar sus anhelos más guardados y más antiguo al juntar sus cuerpos con las noches vacías de las Señoras. Y estas, sin pudor, recordaban el olvido de sus maridos mientras gemían con el amante. Pero al igual que las esclavas, veían a sus cuerpos ultrajados y a sus fantasías, liberadas.

Thursday, March 30, 2006

Future has been here sir, but dont worry, it comes often

Si pudieras cambiar el pasado, no tendrías el presente. Tú no.

En el presente este eres tú,

con tu pasado albergado desde la punta del pelo hasta el último centímetro de tu cintura.

Donde sea. Ahora aquel eres tú.

Por tanto cambiar el pasado es cambiar tu presente.

Es cambiarte. Dejar de ser tú.

Eso es olvidar esas incorrectas decisiones, y seguramente cometerlas luego,

en el futuro que aun puedes cambiar.


Ahora

Hasta el último día que dejes de estar por aquí

O el día que cambies tu pasado...

lo que suceda antes.

Monday, March 13, 2006

Terciopelo

Avanza paso a paso dirigiendo la vista hacia su cama de tules rosados y turquesas, colgantes en una caoba, como cansados de por vida, rozando las sábanas blancas. Estas, cual espuma de mar, tendidas, calladas, sienten los pasos lentos y desnudos que avanzan en la alfombra. De tela india, cosida con cáscaras de nueces, aromatiza la melodía de las pisadas. Llega este ritmo hasta los oídos de la persona amada que yace en la cama. Los cuadros plasmados de color colgados por decenas en las paredes se tornan opacos ante los brillantes iris verdes y castaños, haciendo entre ellos contacto, extrañándose en los parpadeos, pero alegrándose al volverlos a abrir. Y así se acerca la caminante a la cama, con la calma del amar eterno, con el apuro de convertirlo en momento. Avanza. Está totalmente limpia, con el cabello suelto, y, puesto en su melódico cuerpo, un vestido rojo agonía, que le cae como agua de manantial bajo los hombros hasta los tobillos. Tobillos firmes ante las piedras de su camino, la planta de los pies callosas de las largas carreras por su felicidad sobre terrenos ásperos, irregulares, desierto y salvaje cual selva, las rodillas con cicatrices huecas y moradas por las caídas y recaídas, y por último el corazón en carne viva por la ruta astillada que ha mantenido y la que sigue tratando de sacar, despacio, mirando por ratos a la amada de la cama. Deja a todo su cuerpo empaparse del aire que circula el cuarto amarillo atardecer. El mismo que se abraza con el cielo afuera. Un aire con aroma a rosas libres y unos suaves perfumes de plantas tímidas susurra a los olfatos. La timidez se siente también en la piel. En los labios. En la entrepierna. En el alma. En los sentimientos. En los movimientos. Pero la noche no tarda en llegar y los pasos ven más cerca el destino. En el final de este, se recuesta con su amante. Disfruta cada momento, como único que es. Suspiran cada segundo y escuchan los ecos del corazón a través de todo su cuerpo. Los siguen y sonríen con y todo y los labios. Se contemplan. No dan cabida a su memoria que a veces le insiste a los ojos llorar; llorar lágrimas amargas, con sabor a desamor, óxido, furia, sed, ansias, tormentos, distancias, gritos, muertes de todo tipo. Por eso olvidan que tienen memoria y después de unos breves instantes de miradas, ambas se recuestan totalmente. Los dos pares de piernas buscan un espacio estrecho para ellas. La que estuvo esperando en la cama, había en realidad esperado todo el día ese momento. Y ahora que lo vivía, sus 5 sentidos se alteraban. Cambiaban funciones entre sí. Era una locura de pasión. Amaba la piel de su amada. Tan perfecta para ella y conforme pasaba sus dedos contorneando la figura, iba recorriendo paisajes alguna vez soñados. En esa piel encontraba un hogar. Lo encontraba en realidad varios días a la semana y lo retenía con pasión, derritiéndole la piel para fundirla en cariño. Y cuando cierra los ojos, puede ya sentirse como en la cama de su inexistente hogar, el que nunca fue y quiso ser, el que no se amobló, pero que ahora encontraba su mejor decoración. Donde podía dormir segura, sin pesadillas, donde los dulces sueños eran con los ojos abiertos, donde el hada madrina era su amante. No se iba. Se entregaba feliz.
El sol que cae a tras de las ventanas había sido testigo de todo ello. Cayendo se despedía.

Wednesday, March 08, 2006

Actividades ProFondos

publicar miles de libros, deshojar al sol, prohibido mirar la luna.

escuchar la radio, averiguar a que círculo pertenece esta nota... y cerrarlo.

comprar chocolates, regalarlos a mis ansias, ensuciarme con ellos y bañarme luego.

entender que nunca hubo pre. que todo es sub. que se convierte en pro

Monday, February 27, 2006

Terminar de conocer

Cuando aún trotas en mis frases.
Donde deberías estar conmigo
Porque no hay justificación para olvidarte

la realidad se vuelve boceto

el papel se arruga

Los consejos suenan útiles
Hasta que vienen de ti
Y las frases trilladas
se estrellan, marmotean

Al fin nos conocimos
En nuestros caminos separados
Terminamos